Los Inicios de Mayuri
Sueños de una Fotógrafa
Soy apasionada por la fotografía; desde muy niña, a los 14 años en un viaje del colegio al Museo Omar Rayo, entendí que el arte y la creatividad son un estilo de vida y soñé con ser una gran fotógrafa.
Mi experiencia con la fotografía y las manualidades son un legado heredado de mis padres, pues crecí al lado de mi maestro “Mi Papá”, quien me enseñó la fotografía. Me guió a ser una persona luchadora, transparente, a darle lo mejor a nuestros clientes, y ofrecerles experiencias y momentos únicos e inolvidables.
Nací en Palmira, Valle, donde el aroma de la caña de azúcar y su sabor, endulzan la vida. La salsa, el sancocho y el chontaduro son algunas características de mi tierra.
Formalmente mi experiencia inicia a los 20 años, cuando en un trabajo académico cree mi primer estudio fotográfico. El cual aún permanece abierto en Palmira y está a cargo de mi hermano Jeison, quien en un momento entró a hacer parte de esta idea de negocio y, obviamente, con mi papá quien desde el comienzo nos apoyó.
A lo largo de mi recorrido en la fotografía, he perdido la cuenta de cuantas sesiones de embarazo, bebés, eventos, cumpleaños, matrimonios, quinceañeras, y producto he realizado. Cada momento ha traído satisfacción y alegría, al igual que mucha experiencia.
De los momentos difíciles he aprendido y también he entendido que para levantarme es necesario caer, limpiarme las rodillas y continuar hacia la meta.
Conocí a mi esposo estudiando publicidad y fue el gusto por las artes lo que nos conectó rápidamente. Después del apoyo de mis padres, fue él quien haría posible que mi trabajo fuera conocido.
Nos radicamos en Bogotá desde el 2004 y hemos sido soñadores incansables; Dios ha sido el centro de nuestro hogar y nos ha dado la sabiduría para lograr cada uno de nuestros sueños.
Las cosas no fueron siempre buenas, tuvimos que entender que necesitábamos desarrollar nuestra fe y conocer a Dios de una manera diferente. Darle cada día el primer lugar, agradecerle por cada nuevo día y pedirle sabiduría para lograr lo que nos ha dado. Dejó de importarme la opinión de otros y me importó solo la opinión de Dios, y encontré respuestas a cada una de mis peticiones.
Hoy quiero animar a cada persona que está leyendo este texto a ser soñadores, a que busquen en su infancia lo que vieron y aprendieron, tal ves allí es donde te volviste experto en algo que de niño viviste o que haya marcado tu vida.
El gran reto es dejar los miedos y temores e ir en busca de aquello que has soñado. No necesitas deudas para realizar tu sueño; empieza desde lo poco y lograrás experiencias que luego te llevarán a otro nivel. Necesitas ganas, impulso y determinación para lograrlo; si yo lo he logrado, tú también lo lograrás.